En mi siguiente artículo os quiero hablar de la rosa de mosqueta. Es una planta que nos proporciona numerosos beneficios para nuestro organismo y que tiene múltiples utilidades. Muchos dermatólogos aconsejan este producto natural y desde mi punto de vista es un producto que no puede faltar en nuestro hogar.
La rosa de mosqueta es un arbusto silvestre, que pertenece a las familias de las rosáceas, es decir, como la rosa común que conocemos todos. De ella, se extrae el "aceite de rosa de mosqueta", a partir de sus semillas, el cuál proporciona numeroso beneficios para nuestra piel y es la presentación que más de usa.
El aceite es rico en vitamina A, B1 y B2, C y E, además contiene ácidos grasos poliinsaturados, como ácido oléico, ácido linoléico. Contiene betacarotenos, flavonoides, taninos... Su composición da lugar a que sea un potente regenerador y reparador de la piel, así como un gran antioxidante.
A través de la rosa de mosqueta podemos conseguir los efectos siguientes:
- Contribuye a la reparación y regeneración de la piel.
- Estimula la producción de colágeno y elastina, por lo que da firmeza y elasticidad a nuestra piel.
- Elimina marcas cutáneas, como cicatrices, estrías, manchas solares, quemaduras, envejecimiento cutáneo... Distribuye la pigmentación cutánea.
- Posee un alto valor nutritivo para la dermis.
- Efecto antiarrugas.
- Eficaz para pieles con acné, psoriasis, verrugas, cáncer...
- Acción antioxidante y antirradicales libres.
- Activa el sistema inmunitario frente a agresiones.
La podemos utilizar por tanto para:
- Quemaduras.
- Cicatrices.
- Talones agrietados.
- Arrugas.
- Estrías.
- Manchas.
- Psoriasis.
Nos la podemos aplicar en el rostro o en nuestro cuerpo directamente o mezclándola con nuestra crema facial o corporal. Para aumentar la absorción podemos hacer masajes circulares en la zona a tratar.
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