Es muy fácil de realizar, tan solo necesitamos:
- Un recipiente de barro, cristal o de metal.
- Una cuchara de madera.
- 3 litros de agua.
- 3 litros de aceite.
- 500 g de sosa cáustica.
Preparación:
Pon el agua en el recipiente y disuelve la sosa cáusita, siempre en este orden. Notarás que se calienta bastante la solución, es normal, ya que se produce una reacción química exotérmica.
Después, añade poco a poco el aceite que hemos guardado ( os aconsejo que el aceite previamente lo coléis, para eliminar residuos sólidos). Tenéis que ir removiendo de forma constante para que no se corte el jabón, y siempre en la misma dirección.
Si veis que se corta, es decir, que no conseguís al cabo de un tiempo, que se obtiene una pasta, lo podéis calentar hasta obtener la pasta.
Cuándo veáis que se está obteniendo una pasta lo tenéis que echar en moldes. Estos moldes, normalmente son cajas de madera o incluso yo he probado en añadirlos en cajas de plástico y también me ha funcionado.
Hay que dejarlos durante dos días en un lugar ventilado para que endurezca el jabón.
Te recomiendo que antes de ponerlo al uso del aseo personal, lo pongas a prueba por una semana, usándolo solamente para lavarte las manos, pues no estamos controlando el pH del jabón.
Otros usos que puedes dar a este jabón casero es para lavar la ropa, rállalo y échalo a la lavadora en lugar del detergente.
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